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lunes, 14 de junio de 2010

¡TRÁGAME TIERRA! LAS SITUACIONES MÁS INCÓMODAS




La vida es larga- a veces y para lo que se merecen algunos demasiado(léase Augusto Pinochet)- y está atiborrada de esos engorrosos momentos por los que tod@s pasamos alguna vez mientras pensamos: ¿qué hago yo ahora? o ¡Trágame tierra!.
Esos momentos en los cuales lo que nos gustaría sería estar muy lejos de lo que está sucediendo delante de nosotros, pues la situación nos supera y nuestro sentido del ridículo y la vergüenza nos colapsa el sistema límbico en un enojoso y bizarro momento.
Al grano o ¡Vísteme despacio que tengo prisa!

- BOSSA NOVA EN ENTIERRO- En mi flamante móvil Nokia modelo no sé qué no sé cuánto tengo como tono de llamada una evocadora bossa nova de esas que te transportan al instante debajo de una palmera con hamaca y caipiriña. Pues bien, hace poco estaba yo en un entierro(por fin que no era de nadie muy cercano), con el sacerdote recitando su plegaria de adiós eterno por 200 euros y con todos los asistentes en lógico recogimiento, cuando alguien me llama y me doy cuenta de que no había apagado el móvil.
Mi móvil estaba en un bolsillo del pecho mientras comienzan a sonar los alegres arpegios brasileños bajo la mirada sancionadora del cura y los familiares a la vez que se estaba introduciendo la caja del fenecido dentro del nicho... y yo que me digo: ¡Trágame tierra, pero hasta el centro, como Julio Verne!
Sólo me faltaba la camisa hawaiana anudada al ombligo y ponerme a bailar con una piña colada en la mano entre aquella pobre y apesadumbrada gente.
Vergonzoso.

- NO ACORDARTE DEL NOMBRE DE TU INTERLOCUTOR- Ésta sí que es una situación incómoda de la leche. Te encuentras con X por la calle y te dice:
- ¡ ... hombre, Luis, cómo estamos, tío, qué tal tu vida!!
Y tú que nada, que tu cerebro formateado y dañado por tu incorregible tendencia al onanismo nocturno apenas guarda información de aquel tío que estudiaba contigo en 2º de BUP en el Masculino y que a duras penas reconoces, porque además está calvo, con una tripa del carajo, viste como un señor mayor y lleva de la mano a un crío.
- ¿¡¡Qué tal, hombre... cómo te va, que ya veo que estás hecho un chaval...!?- le mientes. Todos somos un poco hipócritas cuando nos conviene. Son estas pequeñas mentiras piadosas las que mantienen viva a la especie.

En estos casos nos queda el recurso-muletilla de "chaval", "hombre", "tío", etcétera. Yo lo que hago es repasar de memoria el abecedario a ver si doy con el nombre mientras hablo con él... ¿comenzará por a, por b, por c...?
También pienso mientras tanto en lo mal que envejecen el 98% de los viejos conocidos con los que me encuentro y, por supuesto, que me alegro interiormente de lo bien que a mí me ha tratado el tiempo, aunque supongo que ellos pensarán lo mismo de mí.
Y justo a los cinco minutos de dejarlo con un titubeante: "- Hasta luego, tío..." vas y te acuerdas de su nombre.
Miguel, se llamaba Miguel.
Y qué mal se conserva el Miguel, coño.


- TRIPAS EN CONCIERTO- Tuve una temporada en la que estaba en clase por nocturno- éramos muy pocos por aula, con lo que se amplificaba el eco- y a eso de las ocho de la tarde de mis entrañas surgía una especie de jam session de bebop estruendosa y con una sonoridad y fraseos verdaderamente desafinados y marcianos.
Acojonaba. Tenía que toser o mover la silla haciendo ruido para intentar disimular un poco el conciertazo que cada tarde se montaban a su aire, on-line, mis tripas y vísceras. Lo que pasaba dentro de mi intestino no era humano. Si me lo hubiese montado bien, tendría que haber cobrado entrada, porque alguno hasta se daba la vuelta para ver de dónde surgía aquella atronadora cacofonía.
Y yo que nada, que sonreía como un idiota mientras intentaba mantener bajo control aquellos gases o el tremendo alien con trompeta y bongos que vivía dentro de mi vientre.
Y tal como vino se fue, pero lo pasé muy mal por aquel entonces.


- EL SEXO Y LOS PADRES- Para un hijo los padres son siempre completamente asexuados. Uno no se puede imaginar a sus padres desnudos jugando al tren chuchú o practicando el sexo oral con pasión y vehemencia. Es cómo algo tabú, como un bloqueo preventivo que te instalan en el cerebelo- una especie de filtro tipo canguro.net- al nacer.
Los padres no tienen sexo, y menos eso de disfrutar enloquecidamente de él mientras se dicen cosas guarras al oído.
Lo malo es cuando un sábado se dejan la puerta de su habitación entreabierta y los ves sin querer y ellos te ven a ti durante un fugaz instante, como pasaba en aquel cuento de Bradbury con el efímero encuentro entre un humano y un marciano por entre los canales del planeta rojo.
Es uno de esos entrelazamientos cuánticos de la existencia-coincidencia aleatoria de dos partículas elementales, ajenas a las leyes de los mandatos físicos, que pueden alterar tu realidad- que es mejor olvidar para siempre para poder volver a dormir en paz, sin pesadillas, por las noches. Situación engorrosa que te produce una intensa y aguda sensación de incomodidad en el estómago durante unos días, hasta que te das cuenta de que papá y mamá también tienen sus necesidades fisiológicas y que no se han reproducido por esporas y colores, como en los dibujos animados.
Intercambian fluidos y saliva como todos. Tú eres el mejor ejemplo de lo que puede surgir tras ese intercambio de líquidos.
Tampoco se os ocurra revolver en los cajones de sus mesillas de noche. Por lo que podríais encontrar. Consejo de amigo.


- EL CALCETÍN ROTO- Supongo que os ha pasado alguna vez. A mí sí. La última vez vi unos zapatos que me gustaban en un escaparate y entro a probármelos. La dependienta me trae la caja con mi número 40-41 y me dice ¿pie derecho o izquierdo?
Digo derecho por decir algo y me saco los Reebok marrones que llevaba dejando a la vista... ¡un tremendo agujero en el calcetín por el que sobresalía el dedo gordo del pie!
La chica que sonríe y yo que me sonrojo mientras me excuso con la archisabida excusa del "cuando salí de casa estaban bien, no tenían agujero".
No es verdad. Ya los tenía un poquitín rotos y ni cuenta me di. Pero el agujero se fue haciendo cada vez más grande, como un agujero negro de Hawkings, y ahora, a los ojos de la dependienta, ya parezco Protasio, el amigo de Carpanta.
¡¡Trágame tierra otra vez!!!


- ¿TIENE HORA, SEÑOR?- Ésta más que una situación engorrosa es una circunstancia deprimente y desalentadora donde las haya.
Que vayas andando por la calle un martes y se te acerquen dos chavales de quince años y te digan eso de:
- Por favor, ¿tiene hora, señor?
Bufff... ¿señor?¿Quién es aquí el señor, hijoputillas, bastardillos...? Que me entran ganas de decirles. ¡Que tengo treinta y tantos, coño, que visto juvenil con camisetas de Hong Kong Fui, no con austriacas y polos Lacoste con jersey al hombro...!
Aquí se te viene encima, de repente, la cruel constatación de que el tiempo pasa a velocidad luz( ¡pero si todavía ayer estaba celebrando los 20 y tomando leche de tigre con los amigos en el Alpa!!)y que de nada sirven las camisetas con dibujitos y demás chorradas retro y alternativas.
Ellos te ven como lo que eres, por mucho Dorian Gray(después de vender tu alma a Hanna Barbera) que intentes disimular que eres.

Ya ni os cuento lo que debe de sentirse cuando algún día alguien se levante en el autobús para cederos su sitio.
Ese día me hago el harakiri, como Zapatero con esta contrarreforma laboral que se ha sacado de la manga para satisfacción de neoliberales, de los muy ricos y del gran y voraz empresariado que desea volver a tener a Dickens como cronista de actualidad.


- ERECCIÓN, EXHIBICIÓN Y POLUCIÓN NOCTURNA- Madres que tenéis hijos, hijos que tenéis madres, sabed que en un momento dado de vuestro/su desarrollo de niños a adolescentes, habrá una etapa en la que tendréis lo que se llama popularmente como Poluciones nocturnas(eyaculación involuntaria de semen que tiene lugar durante el sueño).
O sea, que vuestros hijos se levantarán muchas mañanas con el mapa de Francia o Alemania dibujado en el pantalón del pijama de cochecitos. Forma parte del proceso natural de maduración sexual del infante y tenéis que intentar comprenderlo y no otorgarle demasiada importancia, pues él se sentirá avergonzado de esta suelta inconsciente de fluidos que le está sucediendo cada dos o tres noches.
Yo intentaba camuflar los mapas seminales empapándolos en agua, metiéndolos directamente en la lavadora junto con otra ropa, escondiendo el pijama, etcétera.
Pero la policía no es tonta y las madres saben lepe y no se las engaña tan fácilmente. Eso sí, tened piedad con los niños con bigotillo y acné, que lo están pasando ya bastante mal con esos procesos que la naturaleza les ha incorporado en su organismo con el objetivo de ser válvulas de escape de esa sexualidad todavía en ciernes.
La mecánica sexual es como la cuántica: imprevisible.


- INTERMÓN OXFAM, TESTIGOS DE JEHOVÁ, SALVAD A LAS BALLENAS... - Es una situación que me hace sentir especialmente mal por la precipitada alevosía con la que sucede, más allá de las abnegadas y filantrópicas intenciones de los abordantes.
Yo es que no puedo decidir en doce segundos si me hago socio de Médicos Sin Fronteras, de Intermón Oxfam y si pasaré a rezar a John Smith o a Jehová el resto de mi vida por mucho que insistáis. No nos podéis abordar con la calle y esperar que os firmemos un papel y demos nuestros números de cuenta a unos perfectos desconocidos mientras apeláis a nuestro lado más generoso y altruista.
Eso es jugar sucio, muy sucio, aunque las intenciones puedan ser las mejores del mundo.
Es poner a alguien contra la pared, abordarlo de repente por la calle mientras va pensando en sus cosas, jugar con su sentimiento de culpa, hacerle sentir mal(¿Qué, o sea que no puedes pagar 20 euros al mes para vacunar a los niños de Ghana?) para pretender que en un microsegundo tome una decisión que, por lo menos, merece cierta reflexión previa y una disposición y vocación voluntaria que requiere de la menor presión ajena posible y que se debe de tomar en completa libertad de pensamiento, palabra, iniciativa, obra y omisión.
Me hace sentir violento e incómodo, acorralado. En mí tal precipitación provoca el efecto contrario que supuestamente se pretende. Me tensiona tanto apremio y tiendo a la cerrazón y al bloqueo.
Así no se hacen las cosas en los tiempos que corren, chic@s, aunque yo también sufra como el primero por la progresiva extinción del Panda Rojo de Birmania.
Son muchas noches sin dormir por este motivo y vosotros venís a joderla todavía más.


- ¿QUÉ TAL TU MARIDO?- Otro momento sumamente incómodo o engorroso pero clásico donde los haya.
- ¿Qué tal Andrés, tu marido, tengo que llamarlo un día para tomar algo, que es un tipo cojonudo y me río mucho con él y...?
- Mi ex-marido, dirás... pues el cojonudo hijoputa de tu amigo hace ya ocho meses que me dejó por otra más joven...

Ejem, cof cof, trágame tierra, lo siento, ¿qué se le va a hacer?, ¿y los niños qué tal?, la vida es así, tampoco era tan cojonudo el Andrés, tenía sus defectos, ¡qué cabronazo!, un hijoputa de tomo y lomo, ya te digo, bueno, pues nada, que voy con prisa que tengo que coger el 12-A y ya sabes que pasa como el cometa Halley y bueno, para todo hay remedio menos para la muerte, jajejijoju...
Y me voy silbando la del río Kwai y a pasito rápido, pensando que hay momentos en los que debería dejar hablar primero a la otra parte y no anticiparme tanto.
En la próxima ocasión será. Tiruriruriru...


- TARTA DE QUESO EN CRISTAL PUERTA DE LAVADORA- Hoy domingo comí en casa de mi madre.
Bien. El caldo estaba en su punto.
Llegan los postres. Hay cerezas, fresas, melón, sandía y tarta de queso.
- Coge un trozo de tarta de queso, que es casera...
- Vale- digo yo cogiendo un buen cacho. Está rica.

Pasan cinco minutos y mi padre dice:
- ¿Esa tarta de queso no es la de la tapa de la lavadora?
- Sí- y mi madre se ríe.
-¿Cómo la de la tapa de la lavadora?- pregunto yo algo inquieto.
- Bueno, la hizo Isabel, la vecina del primero, y como no tenía una tapa de cristal para meterla en el horno, pues cogió la tapa de la puerta de cristal de una lavadora vieja que tenía y se la puso encima a la tarta para cocerla- dice mi madre.
- Pues mecago en... que podías habérmelo dicho antes, ¿no? que sabe Dios la de mierda de jabón y suavizantes y demás partículas que llevaba ahí la mierda ésta...
- ¿Estaba rica, no? ¿Qué más da con qué tapa esté cubierta la tarta...?

Y yo que ya no sé si la anterior es una situación incómoda, engorrosa o directamente surrealista.
Sólo sé que he comido por la tarde una tarta de queso hecha con la puerta de cristal de una lavadora vieja y estaba rica de carallo. Los detergentes y suavizantes a lo jabón de Marsella le dan un toque.
Buena receta esta de la "Tarta de queso en puerta de cristal de lavadora vieja". Apúntatela, Ferrán, que no la tienes.

Otro día hablaremos de más situaciones engorrosas del tipo de cuando tienes que meterte debajo de la cama de tu novia porque aparece su padre-que estaba en la aldea- para recoger unas cosas; o del tío que en los aseos públicos del Carrefour se puso a mi lado en los urinarios y no paraba de mirarme la zona genital mientras me guiñaba el ojo con una sonrisa.
Tactos rectales, caídas estúpidas en plena calle que provocan las risas de varios desconocidos, aquellas vergonzantes, persistentes e incontrolables erecciones que se disparaban cuando tenías que ir al instituto por la mañana y tu madre te despertaba diciéndote que porqué seguías tapado y no te levantabas... ponerte a vaciar la vejiga de noche en alguna solitaria calle cuando llevas varias cervezas encima y no puedes aguantarte y justamente ahí, en ese momento, pasan un grupo de chicas en actitud vacilona...
O esa ocasión en la que un domingo de invierno con las calles vacías un amigo está descargando en una esquina el alcohol que había estado trasegando durante todo el día y, al darse la vuelta, se encuentra a un coche con el motor encendido, las luces de emergencia puestas y una puerta abierta que lo espera.
Era su padre, que casualmente pasaba por allí en ese preciso instante en el que su hijo regurgitaba los cubalibres y los licores de orujo.
Y no era un amigo. Os he mentido. Era yo. Como ya he dicho, las mentiras piadosas son las que consiguen que la especie sobreviva.
La sal de la vida.

Saludos de Jim y a ser buen@s, que ya está ahí la navidad y los Reyes os vigilan.

2 comentarios:

La niña del Exorcista dijo...

lo que no se puede es dejar el vibrador al alcance del perro. Les suelen gustar estos juegos que vibran y tienen esas formas anatómicas - forense. Simpáticos los jodíos!

Jim Alegrías dijo...

Los vibradores hay que guardarlos en la caja fuerte.
Sobre todo con niños y perros en casa.