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viernes, 15 de marzo de 2013

URBANO LUGRÍS, PINTOR DE CAMAROTE

 


 Hace unos días me contaba Guillermo- un amigo devoto, como Lugrís, de la mítica de las noches de bohemia y pasión coruñesas- una anécdota sobre el coruñés Urbano Lugrís que radiografía a la perfección el genio magnífico y disoluto que suele acompañar a esas gentes que moldean la realidad de tal manera que la acaban convirtiendo en Arte.
Parece ser que Urbano Lugrís llegaba siempre tarde a un trabajo que tenía en Vigo y cuando su jefe le echaba la pertinente reprimenda él le contestaba:
- ¿Cómo quiere que llegue a las nueve de la mañana si me levanto a las once?


Su biografía oficial nos cuenta que Urbano Lugrís, autodidacta, nace en A Coruña en 1908, vive también en Vigo y Madrid, conoce a Alberti y Lorca, trabaja en La Barraca, forma parte de las misiones pedagógicas de la época de la República y se alista como voluntario en el Ejército Republicano, destinado desde allí en el frente de Asturias.
Después de la guerra funda la revista cultural Atlántida en A Coruña, donde vive hasta 1965, año en el que se traslada a vivir a Vigo hasta su muerte, casi en la indigencia, acaecida en 1973.

También nos llegan gracias a Luis Rei Núñez, Laxeiro o Avilés de Taramancos  las crónicas de sus aventuras y desventuras por la urbe coruñesa, a la que él denominaba Percalinópolis. Su exilio en los duros años de la postguerra lo llevó a cabo Lugrís en bares, tabernas y prostíbulos, dibujando en servilletas o en las paredes de míticas tascas coruñesas(A Mundiña) por unas tazas de vino o un poco de comida.
Tal y como cuentan las Crónicas de Percanilópolis, parece que la vida bohemia, noctámbula y tabernaria de Lugrís y su troupe desveló a muchos vecinos, serenos y mujeres coruñesas del ensanche, a las que Lugrís agasajaba con el elegíaco piropo de "cunquiña do meu leite":

"Su universo abarcaba un radio de apenas 200 metros", destacó su sobrino, Manuel Lugrís. Su tío era el epicentro de una fauna de intelectuales posibilistas que en vez de exiliarse escaparon de la represión a través de la bohemia, las tabernas y bares de alterne. Un batallón literario que, con Lugrís, Avilés de Taramancos, y otros como Rey, maestro de himnos y callista de lema "siempre a sus pies, señoras", dejaron miles de anécdotas al recorrer A Coruña proclamando poesía, bajo el grito, revisado por el sagaz pintor, de "peña del Amanecer, ¡amar por el reverso".


Lo que no nos cuenta su biografía oficial es que ese Urbano Lugrís- patrullero bohemio de la hermosa y marinera noche coruñesa- fue nuestro René Magritte de la Calle Real, el mejor Chirino de la coraza del Orzán.
Sus pinturas están realizadas con la cartografía secreta de las mareas y los retazos de todas las caracolas, estrellas de mar, pecios legendarios, ballenas, sirenas, ciudades y arqueologías fantásticas sumergidas en el atlántico.
En sueños la marejada me tira del corazón; se lo quisiera llevar. 

Durante una exposición en Coruña una señora se refirió a Lugrís como "Pintor de Cámara", a lo que Lugrís respondió: 
 - ¡De camarote, señora... pintor de camarote!!!

 















Saludos de Jim desde A Coruña, ciudad marinera y tasqueña en la que, como titulaba Lugrís, Ic habitat felicitas (aquí vive la felicidad).